lunes, 31 de agosto de 2020

Eventing Nation - “En defensa de los que corren en niveles bajos” - 11AGO2020

Syd y yo normalmente no
somos tan valientes ...
¿Syd tal vez ...
yo? No tanto.
Fotografía:Lisa Phillips
Eventing Nation

“En defensa de los que corren en niveles bajos”

Michelle Wadley
11 de Agosto de 2020
Traducción adaptada: LM

El otro día después de terminar de duchar mi sudoroso caballo después de un caluroso paseo, mantuve una interesante conversación con la dueña de las cuadras donde lo tengo.

Discutíamos sobre la situación actual del completo e ir usando mascarillas, ya sabes lo habitual en estos tiempos. Nos fuimos derivando a la participación de los aficionados adultos en los niveles inferiores, y sobre cuán más técnicos y exigentes se han vuelto los cross de los niveles inferiores en los últimos años.

Cualquiera que me conozca probablemente diría ahora que soy ...



... una “miedica”. Soy bloguera, me encanta escribir y montar, eso si está bien probado. Admito que si, que soy un poco miedica. Cuando me suben los obstáculos, el gato en mi estómago y la debilidad de mi cerebro adulto que siempre lo analiza todo se apoderan de mí. En mi defensa, decir que tuve un accidente en mi pasado que me dejó con un brazo biónico como le llama mi marido. Ese accidente pertenece a mi pasado y no tiene nada que ver con mi actual y fabulosa poni Syd, quien nunca da un paso en falso y siempre me cuida incluso cuando cierro los ojos y rezo una Ave María delante de un obstáculo.
Syd saltando en libertad
Foto de Michelle Wadley

Aquí es donde tengo que detenerme para cantar las alabanzas de mi querido caballo. Syd podría haber ido a cualquier parte y hacer cualquier cosa. En más de una ocasión me han ofrecido bastante dinero para venderlo. En mi cabeza es perfecto y vale cada céntimo que me han ofrecido. También es el mejor amigo de mi vida y no lo vendería por todo el dinero del mundo.

Sin embargo, a veces me pregunto donde podría haber llegado si no hubiera caído con un aficionado adulto de poco nivel. Es una pregunta sin respuesta y, con el paso de los años, he comenzado a aceptarlo. Y esta es la razón: por muy talentoso que sea Syd, también es, literalmente, la pareja perfecta para mí. Seguimos galopando y compartiendo miedos. Me resuelve casi todo y nunca me pregunto si va a rehusar un obstáculo que nunca ha visto. Su actitud es siempre: “¡Espera! ¡Yo me ocupo!" ¿Tengo que montar más? ¡Si! ¿Tengo que trabajar en doma? ¡Absolutamente! Su seguridad y su gran corazón son lo que esta mamá de cincuenta y tantos necesita. ÉL me da confianza. ÉL lo hace bien, y lo adoro por eso.

¿Qué tiene esto que ver con la defensa de los niveles inferiores? Te lo diré. Nosotros, los completeros, somos un grupo cargado de adrenalina. ¡Más grande, más rápido, más lejos, más alto! ¡Al diablo con la doma! ¡Estamos en esto por el cross! ¡Bien! Y así es. Pero me hice mayor y madre, y también comencé a considerar la cruda realidad de mi propia mortalidad.

¡Tengo responsabilidades! ¡Tengo un hijo! ¡No reboto! . Seamos realistas, nunca rebotamos. ¿Qué pasa si me lesiono de gravedad? ¿Y a mi familia? ¿Y a mi trabajo? ¿Y a mi caballo?. Seamos realistas, este deporte es peligroso. ¡Lo es! ¡La gente se lesiona caminando a caballo por el pasillo de una cuadra! Incluso si eres el más seguro de los seguros montando estás lidiando con otra criatura que tiene su propio cerebro y podría accidentalmente lastimarte.

Fotografía:
Annie Fike
Por favor, no me malinterpretes, amo este deporte. Lo defiendo regularmente ante todo tipo de personas. He sido voluntario en Kentucky más de 10 años. De ninguna manera estoy tratando de cuestionar a nadie que corra en los niveles superiores. Esa no es mi intención. Simplemente intento defender a aquellos de nosotros que no queremos. montar en los niveles superiores porque creo que a veces se menosprecia a las personas de nivel inferior porque no corremos más grande.

Creo que lo que se percibe es que no podemos correr más grande, o peor aún, que no lo hacemos porque no tenemos ni conocimientos ni experiencia. Esto, a veces, es cierto. Pero déjame darte este ejemplo: cumplí 52 años este verano. Tengo dos títulos universitarios y casi un master. Monto desde los cinco años. Soy una escritora e investigadora que ha tenido una tienda hípica. Amo los caballos, los completos y todo lo que tenga que ver con ellos, y como me encanta leer, estudiar y escuchar, estoy aprendiendo constantemente. Disfruto educándome sobre todo lo relacionado con los caballos porque amo lo que hago. Pero como adulto no he competido por encima de 80 cm. Esos si, con bastante éxito, pero eso es todo.

Si me viera sola en los papeles, me preguntaría qué hay de malo conmigo. ¿Qué le pasa a mi caballo?. ¡Nada!. Mi conocimiento supera con creces el nivel en el que he competido. ¿Eso me hace incompetente? Absolutamente no. Y me irrita que a veces me perciban de esa manera. Porque aquí está la calve para mí y para muchos otros como yo: elijo montar en los niveles más bajos. ¿Por qué? Porque ahí es donde me siento cómodo y donde disfruto. Tanto Syd como yo podríamos competir a un nivel mucho más alto, pero elijo no hacerlo.
No me malinterpretes; Soy súper competitiva. ¡Amo competir! También me encanta seguir tomando clases. Par mí es sencillamente que quiero vivir para montar otro día. Amo lo que hago y quiero seguir haciéndolo. Todo ello. ¡Esa soy yo! Si quieres competir en el Land Rover CCI, ¡adelante! ¡Ve por ello! Pero recuerda que algunos solo queremos estar en nuestra equitación, amar a nuestros caballos y ser mejores jinetes.

Felicidad en un
clínic de doma
Elegir ser un jinete aficionado adulto es simplemente eso, mi elección. Igual que competir en los JJOO podría ser la tuya. Los jinetes aficionados adultos de los niveles inferiores constituyen el grupo demográfico más grande del completo y gastamos gran parte de nuestros ingresos, ganados con tanto esfuerzo, para ser parte de la comunidad del mundo de los caballos. Hay muchos de nosotros apoyando y animando a aquellos que montan en niveles que elegimos no hacerlo.

Una reflexión final. Hace unos años, en una prueba, alguien me preguntó en qué nivel competía. Respondí: "Sólo en 80 cm". Una señora mayor sentada cerca giró su cabeza y me corrigió: nunca digas "solo ". Te estás arriesgando y algunos ni siquiera pasan la pierna por encima de la montura. Eres valiente y más valiente solo por estar aquí. No existe el “solo'".

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