Master en alto rendimiento, Entrenadora y Preparadora física equino.
Primera pate 1/2 |
La "rino", conocerla para pararla?
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11 de Marzo de 2021
El principal problema de este virus es que presenta una rápida propagación entre los caballos. Los riesgos de transmisión son muy altos durante los 10 primeros días y van bajando después de 28 días. Un caballo estornudando puede contagiar a otro caballo a una distancia de más de 5 metros. Y no solo se transmite por contacto directo sino también indirecto: material de trabajo, camas del box, ropa de los jinetes, estiércoles, van, remolques,… ¡El virus puede vivir hasta 7 días en superficie de metal o vidrio, de 7 a 14 días en el papel y las camas, y hasta 40 días en el pelo del caballo! Pero buena noticia, es muy sensible a los desinfectantes comunes.
2 virus – 3 formas:
• Respiratoria, más marcada en caballos jóvenes. En caballos mayores los síntomas pueden ser menos visibles.
• Abortiva
• Nerviosa, la forma más preocupante actualmente.
El EVH-4 es el principal responsable de la forma respiratoria de la enfermedad pero rara vez es responsable de la muerte del caballo. En cambio el EVH-1 provoca problemas nerviosos muy graves, abortos y problemas de coordinación. Y malas noticias…puede haber mutación del EHV-4 al EHV-1.
Los síntomas del EVH-4 son similares a la gripe o influenza:
- Tos seca
- Fiebre de corta duración
- Irritación de los ojos
- Apatía
- Descarga nasal
Si no hay infección secundaria por bacterias, el caballo se recuperará tras dos semanas de enfermedad.
La forma nerviosa, puede llegar de forma repentina, sin que el caballo haya presentado previamente síntomas respiratorios y suele llegar en la segunda semana después de la infección. El caballo afectado por el EVH-4 presenta síntomas como:
- Ataxia
- Incoordinación
- Atonía de vejiga
- Retención fecal
Es una forma muy agresiva que puede impedir al caballo ponerse de pie. Con ataxia leve, contamos con 15-30 días de recuperación. Si el caballo está acostado y no puede ponerse de pie por si mismo, necesitará cuidados específicos y su pronostico vital será comprometido.
Al día de hoy no existe tratamiento específico para esta enfermedad. Se trata de forma individual aliviando cada uno de los síntomas que presenta el caballo. Existe una vacuna, pero no es obligatoria, y por desgracia no protege de la variante nerviosa de la enfermedad.
Al día de hoy el mejor tratamiento es la prevención: desinfectar material, no compartir equipo, cambiarse de ropa al cambiar de hípica, vacunar a los caballos que no presentan síntomas, y los más importante, no desplazar a los caballos.
Nos vemos muy pronto en los terrenos de concursos. Aprovechemos este mes extra para afinar nuestra preparación y poner a nuestros atletas a punto.
<< Enfermedades infecciosas de los equinos, Horacio N. Nachon Cicciarella, Carlos R. Bosisio
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