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| Oliver Townend |
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No existe una fórmula para ser un ganador, ni ingrediente secreto que, de repente, convierta a un participante en un campeón y tampoco manual de instrucciones para lograrlo.
Sin embargo, analizando lo que hacen muchos en cualquier deporte en su camino hacia la victoria existe un hilo común que entrelaza sus historias. Puede que no sea suficiente para garantizar la victoria en un evento importante, pero no obtener el primer puesto no impide ser un ganador.
“Define ganador”, nos desafía la psicóloga deportiva Sally McGinn. “Muchos pueden ganar pero no necesariamente ser los primeros. Es entender por qué hacen lo que hacen y que lo ven como éxito”.
Hay que distinguir algo importante. Un jinete, por ejemplo, no necesita una vitrina llena de trofeos para tener una mentalidad ganadora, como explica Sally: ...
... “No hay investigación científica en la definición de una mentalidad ganadora. Se trata de comprender cómo las personas logran lo que consideran como éxito y como fracaso.
“Si te fijas en el mundo del completo, hay quienes que nunca pasan del 100, pero sus éxitos son hacer cero en el campo o lograr una doma por debajo de 30 o que pudieron terminar y disfrutar, eso es una victoria
“Tienes a la élite que considera el éxito según el caballo que montan. Si es un caballo joven, el éxito es crecer y desarrollarse a lo largo de unos cinco años que los llevará potencialmente hasta el 5*. Habrá varios éxitos a lo largo de ese camino, pero no necesariamente ganarán”.
Para muchos deportistas exitosos, esta es la esencia de cómo escalan las alturas de la competición. En lugar de fijarse en el objetivo final, se fijaron una serie de ellos más pequeños que les iba acercando paso a paso a la gloria. Es un método que transforma lo que parece una tarea insuperable en algo que mucho más alcanzable. Con los éxitos regulares convirtiéndose en la norma, se acumula un sentimiento de positividad que impulsa a continuar.
“Se trata de aprender a tener un plan y rendir al máximo”, explica la medallista de oro olímpica Laura Collett. “Cada competición es diferente, por lo que debes tratar a cada cual de forma diferente. No hay duda de que cuando las cosas van bien, estás en lo más alto y las cosas buenas siguen, pero también funciona a la inversa.
“Se trata de desglosar un gran objetivo y luego trabajar hacia atrás a partir de esa meta, descubrir que necesitas lograr para hacerlo realidad. A nivel personal, no encuentro muy útil tener una única meta. Necesitas un proceso con pasos más pequeños y si trabajas así, te olvidas de la gran meta y del estresas por eso. Eso me funciona y me es más útil”.
Cualquiera que sea la forma de ganar, resulta fácil que esos métodos abandonen a un atleta cuando está cerca de lograr ese objetivo. Después de haber trabajado tan duro para tener a la vista la línea de meta, los pasos finales pueden ser los más difíciles a medida que se evidencian la presión y la ejecución.
continua
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