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jueves, 16 de abril de 2020

Eventing Nation - Reflexiones de un monitor de Ponyclub - 15ABR2020


Reflexiones de un monitor de Ponyclub

Anna Habarth
14 de Abril, 2020
Traducción adaptada: LM

noticia fuente
Fotografía:
Anna Habarth
Crecí en un Pony Club. Allí, idolatrábamos a los mayores del club y de la cuadra. Recibíamos clases de los mayores y aprendimos de ellos cosas muy valiosas sobre el cuidado de los caballos, e incluso sobre la vida. Nos tomaron bajo su protección y creo que tuvieron un papel muy importante en quién como hoy soy como amazona.

Ahora he crecido y tengo la oportunidad de enseñar a la siguiente generación del Pony Club. Doy clases a niños pequeños y me encanta transmitir lo que aprendí creciendo, así como seguir ...



... aquél modelo que disfruté cuando era niña.

Asumo este papel con humildad, sin dar nunca nada por supuesto de los padres que me confían sus hijos ni de los ...


... niños que confían tan profundamente en mi que intentarían hacer casi cualquier cosa que les pida. Esa confianza implica también la responsabilidad de mantener a esos niños seguros, mientras los empujamos a salir de su zona de confort para galopar en el campo y saltar allí algo distinto.

Sin embargo, no creo que pensemos con la frecuencia necesaria sobre lo que pasa por la mente de un entrenador al empujar a ese niño a hacer un poco más. ¿Cómo adivinar el momento en el que te estás pasando en empujarlos o en el que les estás pidiendo demasiado? Hay que hacer malabarismos con el riesgo implícito de la actividad y el fracaso de generar confianza.

Fotografía: Anna Habarth
Cuando una clase no sale según lo planeado, mi cabeza la repasa una y otra vez, preguntándome si pedí demasiado a mi alumno. ¿Podría haber hecho el ejercicio de manera diferente, podría haberle corregido de forma diferente, qué podría haber cambiado? 

Cuando mi alumno termina una clase perdiendo la confianza, soy mi peor crítico . Mi culpa me llega a quitar el sueño.

Personalmente, sé que hay días buenos y malos cuando montamos  Las lecciones decepcionantes y las caídas son una parte de nuestro deporte. En mi formación, no pensé en una sola ocasión en culpar a mi profesor por algo que salió mal. Sin embargo, ahora y ya como profesor, si que me culpo mucho a mí mismo.

Me preocupo mucho por esos niños, más de lo que creen sus padres. Mantengo un nivel alto porque todo lo que deseo es que tengan éxito. Veo mucha luz en los ojos de esos niños, cuánto quieren a sus caballos y a su deporte. Me recuerdan a mí mismo cuando era niña. Sé que hay caídas y malas montas, pero lo más importante es que les enseño siempre a continuar y seguir adelante. Al igual que en la vida misma. Este consejo es el que doy cuando algo sale mal para aprender de lo que sucedió y convertirme en un mejor instructor de nuestro Pony Club.

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